SINOPSIS: A Hazel y a Gus les gustaría tener vidas más corrientes. Algunos dirían que no han nacido con estrella, que su mundo es injusto. Hazel y Gus son solo adolescentes, pero si algo les ha enseñado el cáncer que ambos padecen es que no hay tiempo para lamentaciones, porque, nos guste o no, solo existe el hoy y el ahora.
Y por ello, con la intención de hacer realidad el mayor deseo de Hazel -conocer a su escritor favorito-, cruzarán juntos el Atlántico para vivir una aventura contrarreloj, tan catártica como desgarradora. Destino: Amsterdam, el lugar donde reside el enigmático y malhumorado escritor, la única persona que tal vez pueda ayudarles a ordenar las piezas del enorme puzle del que forman parte...
Bien, voy a empezar esta reseña desde el comienzo. Estoy segura que a muchos de ustedes les han recomendado este libro, y les han dicho que era el mejor, que se quedaron sin palabras y que no podían NO leerlo.
En fin...
Mi mejor amigo me lo había recomendado hace un tiempo ya, pero como no lo vi en estos días no lo pude leer porque no me lo pudo prestar. Después, una gran amiga me dijo que le encantó, que le gustó incluso más que Los Juegos del Hambre (y eso, viniendo de ella, ya es mucho decir!) y ahí dije bueno, me lo compro. Dio la casualidad que fui a la casa de mi mejor amiga, y resulta que su hermana lo tenía. Dije POR FIN, voy a leerlo!
El punto de todo esto es que lo recomiendan en todos lados.
Ya desde antes de las recomendaciones sabía el final, por eso le tenía cierto prejuicio, y fue una de las razones por las que tardé tanto en empezar a leerlo. No podía creer que a la gente le gustara tanto un libro que termine así, pero de todas formas lo leí.
Digo que lo leí, y me quedo corta.
ME LO DEVORÉ.
Al principio me demoré un poco, pero estoy hace una hora leyendo sin parar y lo terminé finalmente de un tirón.
Y ya sabiendo el final, y todo lo que el mismo conllevaba, lloré como nunca antes había llorado con un libro. Aproximadamente las últimas 150 páginas me mataron, y entendí porqué la gente lo recomienda tanto.
Pero en realidad, ¿por qué un libro con el que se sufre tanto termina siendo de los mejores? Es la pregunta que vengo teniendo desde hace un largo tiempo, y la respuesta más cercana a la respuesta real es esta: todo libro que haga sufrir, es bueno. Porque está tan bien escrito que la narración te lleva a otros lugares, te incluye como a un personaje más, hace que te encariñes como nunca con los demás personajes.
Así que después de mucho razonarlo, esa fue mi conclusión. Este libro esta excelentemente bien escrito, y no hay nada como una buena y corta lectura para maravillarte. Creo que hace mucho mucho muuuuuuucho tiempo que no leía un libro solo (sin que sea una saga). La última vez fue con los libros de Carlos Ruiz Zafón en los que también lloré porque son bastante trágicos, pero en ninguno de ellos lloré como en este. Por ahora sigo deslumbrada con el libro, capaz que si me preguntan en unos días o en unas horas no es tan así, pero la verdad que me quedé sin voz.
Me encantaría poder hablar y hablar y hablar de este libro, pero cualquier cosa que diga va a ser un GRAN spoiler y no da. Lean el libro. Ahora. Ya. Después hablaremos...
«—Los cigarrillos no te matan si no los enciendes —(...)—. Y nunca he encendido ninguno. Mira, es una metáfora: te colocas el arma asesina entre los dientes, pero no le concedes el poder de matarte.» {Augustus Waters}
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